sábado, 7 de mayo de 2016

MICROCUENTO 5

Al frotar aquel jarrón viejo apareció de la nada un genio que quería concederme dos deseos. Estaba alucinando. Era la primera vez que veía a un genio salir de una lámpara delante de mis narices. Me dijo que yo era su amo y que me llevaba esperando en la lámpara más de mil años. Me pensé muy bien los dos deseos que le pediría, ya que él me dijo que tenía hasta media noche. Al rato, le dije mi primer deseo: "genio, deseo vivir en un gran castillo, con 20 jardines, 120 habitaciones y nadie a mi alrededor". El genio me concedió el deseo y, de repente, aparecí en un enorme castillo con todo lo que había pedido. Después de pasar un rato observando lo que iba a ser mi castillo, le dije mi segundo deseo: "genio, deseo ser alto, guapo e inteligente". El genio hizo frotar su magia y me dijo que me mirara rápidamente al gran espejo del castillo, en mi habitación. Me miré y... ¡no me lo podía creer! Ahora era alto, muy guapo e inteligente. Le di las gracias al genio y el me contestó: "de nada, amo". Y desapareció entre una gran nube de polvo. Estaba muy contento. Me pasé todo el día en mi castillo, solo y nadie que me molestase a mi alrededor. Llegó la noche. Me tomé un helado de nata con chocolate y me acosté. Al día siguiente, me desperté y me encontré en la cama de mi casa. Me quedé mirando por la ventana y descubrí que sólo había sido un profundo sueño. 



Espero que os haya gustado. ¡Hasta la próxima!

2 comentarios:

  1. ¡Maravilloso relato Sergio! Qué pena que el sueño estropeara ese pedazo de castillo...XD

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