Desplegué las alas y pude descubrir que... ¡podía volar! Era increíble. Pasé de ser lento y no poder volar, a ser rápido y volar entre las nubes. Estaba muy emocionado. Fui al nido a ver a mi padre, el gran buitre, y le conté lo emocionado que estaba. Le dije que echásemos una carrera desde el monte hasta nuestro nido. Mi padre aceptó y comenzó la carrera. Llegamos al monte y yo iba ganando. Pero mi padre era mucho más ágil y rápido que yo y me adelantó. Ganó la carrera mi padre. Aunque haya perdido por mucha ventaja, pasé un rato muy divertido junto a mi padre. Llegó la noche. Había sido un día muy largo, por fin llegó la hora de dormir. Estaba muy cansado. Al día siguiente, me despertaron mis hermanos jugando al escondite. Mis dos hermanos nacieron hace tres semanas. Se llaman Pedro y Javier. El día que nacieron, estaba muy contento de tener dos hermanos pequeños. Mi madre se pasa los días en el nido cuidando de ellos. Más tarde, mi padre me llevó al monte a cazar y mi madre se quedó en el nido cuidando de Pedro y Javier. Estaba muy contento porque era la primera vez que cazaba. Cacé dos ratones y cinco conejos; y, mi padre, el doble que yo. Mi padre siempre me lleva a todos lados. Es muy importante para mí.
Espero que os haya gustado mucho y que os déis cuenta de mi esfuerzo. ¡Un saludo!
No hay comentarios:
Publicar un comentario